La langosta de los pobres conquista el mundo

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[vc_row row_type=»row» use_row_as_full_screen_section=»no» type=»full_width» angled_section=»no» text_align=»left» background_image_as_pattern=»without_pattern» css_animation=»»][vc_column][vc_column_text]Sin duda se trata de una de las principales aportaciones de Jerez y su comarca a la alta gastronomía universal. Pues, este marisco propio de la desembocadura del río Guadalquivir ha sido, hasta hace muy pocos años, un gran desconocido para las cocinas nacionales e internacionales pese a que las galeras habitan en los estuarios de numerosos ríos mediterráneos.

Aquí siempre ha sido muy apreciado en la cocina de nuestras casas en las que, en muchas ocasiones era el único marisco que entraba ya que, hasta no hace demasiados años, se regalaba a la llegada de los barcos a las lonjas o era muy barato en las pescaderías donde, incluso, se obsequiaba con un par de puñado de ellas, a los clientes habituales tras hacer éstos una buena compra de pescado o, simplemente, por amistad con el pescadero. Y, así fue, hasta que su extraordinario sabor traspasó las fronteras del Marco del Jerez, lo que unido a su escasez alzaron los precios llegando a ser en ciertos momentos los mariscos más caros del mercado.

En las casas, barres y restaurantes se preparaban principalmente cocidos para disfrutarlos como un festín y, con su rico caldo preparar desde la tradicional sopa de tomate, hasta arroces y otros guisos populares a los que les daba un particularísimo y exquisito sabor.

Las Galeras de aquí como los langostinos y gambas, que se pescan en la desembocadura del Guadalquivir, son de los más apreciados del mundo por su sabor y textura. Pero, la gran tradición de nuestra zona y buen saber a la hora de cocerlos hace que tomarlos en lugares como VENTA ESTEBAN sea aún más exquisito.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]